
Les dije que les iba a contar la historia de esta tarta. Hace más de 23 años, “la Blanquita” nos ayuda en nuestra casa, ella es una más de mi familia y una abuela más de mis hijos. No la hemos visto por meses por la pandemia, porque se tiene que cuidar mucho. La Cata siempre ha pedido de torta de cumpleaños una tarta de manzanas de la Blanquita. Ella siempre se la ha hecho con el más grande cariño. Este año, por las circunstancias, la tuve que hacer yo. Estaba tan nerviosa que la hice dos veces para que fuera lo más cercana (en una se me había olvidado la mermelada y la puse arriba y no me gustó).
La tarta quedó deliciosa, a todos les gustó, pero yo digo que no le llega ni a los talones a la de ella.
