
Llegué con muchas ganas de cocinar de mi viaje, así que decidí hacer unos quequitos para regalonear a todos en la casa. Los hice con unas cerezas congeladas que siempre tengo, porque son deliciosas, ideales para comérselas directamente del congelador. Además, los hice con 100% harina de avena y es por eso que se desarman un poco al comerlos; pero quedan tan ricos que nada importa para mí. Y como siempre, estos quequitos volaron.
